martes, diciembre 22, 2009

La visión de mis ojos

A: mi musa, mi amanecer de miel

Lámpara de Yahveh es el halito del hombre
Que explora hasta el fondo de su ser.
Proverbios 20-27

Reo de sus anhelos
Cómplice de su prosa
Principio y fin del mar
Presa de sus divagaciones
Pariente de los astros
Arquitecto del silencio
Transparente y libre
Ligero y Absoluto
Como el Dios que da

Abro el libro. Y miro su foto. Terribles ojos firmes, amable rictus de bondad, feliz cabello rollizo, frente amplia. Grandes orejas como laberintos de esperanza. Labios que relumbran. Anteojos de aro dorado. Bigote abundante. Mancuernas que amarran el puño de la camisa blanca, manos raudas y enjutas. Su mirada de luz, lo expone sin nada, "sin nada que no sea profundamente humano" . Médico y poeta, ministro y amigo, tapatío transparente; con Enrique Gonzáles Martínez, se comparte algo más que la patria. Su poesía nos quintaesencia. Adviene en nosotros la facultad de amar; facilita el encuentro con el silencio, con lo propio: el espíritu en su eterna ansia de volar.

No puedo decir amor, sin amar un poco, tal parece ser, ésta y no otra, la pasión por el silencio, de "Página en blanco"; pues se dice: "la voz será muda y el alma silenciosa"
"Será viento tan sólo la palabra"… viento. Sin embargo, aquella nostalgia y aquella pasión, no son exclusivas, de "Página en blanco", pero sí: la búsqueda perenne del poeta Enrique Gonzáles Martínez, viajero interminable, hacia el interior de la nada.

Nacido en el siglo XIX, en la tierra del tequila y el agave, el 13 de abril de 1871. Estudió en el Seminario y -poco antes de cumplir los 22 años- se recibió de médico (1893). En el seno de su familia, hizo su educación literaria; desde joven, publicó versos en periódicos y revistas.
A los 40 años (1911), ¡en plena Revolución!, se establece en la ciudad de México, donde fundó la revista literaria, Argos, que en sus propias palabras: sufrió el indispensable tropezón de las empresas sin dinero ; sólo así, más tarde, en 1917, fundaría Pegaso, cuya dirección compartió, junto con el poeta Efrén Rebolledo y el entrañable, Ramón López Velarde. Al respecto, en una carta -desde Madrid- Alfonso Reyes le expresa lo siguiente:

Mi querido amigo:

"Su carta me ha traído, junto con el recuerdo de la patria y los amigos ausentes, la buena noticia que han fundado Uds. la revista Pegaso, y para mí gratísima de que se me invita a colaborar en sus páginas. Regularmente le enviaré a Ud. - si las desigualdades del correo lo permiten- mis contribuciones. […] Ánimo, pues, Uds. cuentan con elementos valiosos, y el país necesita lluvias abundantes del cielo. Yo, desde aquí o desde los mismos Infiernos, soy siempre el mismo para los nuestros, a quienes confundo en un solo abrazo. Suyo siempre". (A.R. El tiempo de los patriarcas)

Tremendamente moderno, Amado Nervo, a nuestro poeta, le trataba de hermano. El camino eres tú mismo, le dice Pedro Henríquez Ureña, en el prólogo a su poemario Jardines de Francia, donde ya zumban los "Gérmenes putrefactos de un siglo insulso y frío" , donde el poeta, comparte con Baudelaire, el "ideal de fuego". González Martínez, Fue presidente del Ateneo de la Juventud, subsecretario de Instrucción y de Bellas Artes, secretario del Gobierno del estado de Puebla. Por pasatiempo, traducía simbolistas franceses; y además de saber "doblar un asa" y "grabar un camafeo", también, labró "finos estoques", lo cual; lo hizo concreto y transparente. Poeta del ensueño y del silencio.

Al igual que sus contemporáneos, Hombre Universal. Embajador en Argentina, Chile, España y Portugal, hecho para el viaje. Arrieros somos y en el camino andamos, como se dice hoy, popularmente. En 1931, funda, primero, el Seminario de Cultura Mexicana y, después, El Colegio Nacional; donde sustenta conferencias sobre diversos temas de historia literaria. Naturalista insigne, poeta que -a cien años del Ateneo de la juventud- ocupa hoy, nuestras rústicas divagaciones.

Recogidas las alas, el afán taciturno
no sabrá de las cosas penetrar el acento:
será viento tan sólo la palabra del viento
y rumor sin sentido el mensaje nocturno.

De esta vida de ensueño, de este mundo en que
arranco
la visión de mis ojos, la canción de mi oído
quedarán solamente un laúd sin sonido,
un espíritu en sombras y una página en blanco
("Página en blanco")

Necia transitoriedad del destino. Se ha dicho que los sueños son reales mientras duran, podría decirse lo mismo de la vida, que es real mientras dura, entonces, ¿estamos soñando? "Pagina en blanco", "vida de ensueño", "mundo en que arranco"; alivio cautivo, "laúd sin sonido", diáfana presencia del verso puro, imagen y ritmo hasta exponer el vacío, óptima disposición para el asombro. Tal como lo diría Huidobro: el poeta no habla de la lluvia, el poeta hace llover. El silencio. Primicia inmaculada, cumbre del verso, hondo arraigo de la voz. ¿Qué sucede tras la palabra lucero, llaga de la nada? Hoy soñé que me moría -recordaba Borges en una entrevista- y tenía una gran sensación de alivio, me desperté de ese sueño… francamente feliz. Al hombre, la muerte como el silencio, parecen dotarlos de sentido, de arraigo y de origen, en este mundo… pleno en el vacío…
Reclama desde lo remoto nuestro poeta: "¡Haz que la vida alcance la excelsitud del sueño!" Esto, aplicado a la vida práctica, ¿podría ser otra cosa, que dormir exhausto? "Más alto que la vida va el ensueño" continúa el autor de Lirismos: "¿Lo muerto vive, lo pasado dura?" Si vivo sueño. Vivo soñando. En el sueño que vivo, todos los días despertando. Una pausa. Reconsideremos a Reyes -cuando presenta Los senderos ocultos- el "acto poético", nos dice, es vértice de lo íntimo, "eje de la vida interior" presencia ante las cosas, actitud frente al mundo. La inmensidad, es una dimensión íntima, ha dicho Baudelaire. El problema es socrático, en verdad, ¿lo mejor para el hombre, es, por ejemplo, cumplir todas las pasiones del alma? Con las pasiones llegan las ilusiones, con las ilusiones, los vicios; tenemos que examinar las cosas y reconocer, entonces, la ocupasión de contemplar el absoluto, sin quedar inerte. Reconsiderar, al poeta y su oficio.

"El máximo de ellos -de los poetas, ha dicho Nervo, apropósito de Parábolas- será para cada uno de nosotros aquel que haya acertado a formular con mayor sagacidad y precisión nuestros estados de conciencia".

¿Qué es el mundo sino un estado de conciencia? Incluso el pecado, se dice, es un "estado de conciencia" que nos ata a reinos inferiores. Lo que acontece, acontece para sí, para el lírico Yo, en la incansable búsqueda, de lo idéntico… de la identidad misma. Situación frente al mundo. Veamos aquí, entonces, la parábola que nos propone nuestro poeta. "La vida es un camino", con un mismo destino, "concierto de aromas", viaje bello, desierto florido, "alma de las rosas", palabras encontradas en el camino.

La vida es un camino...
Sobre rápido tren va un peregrino
salvando montes; otro va despacio
y a pie; siente la hierba, ve el espacio...
Y ambos siguen idéntico destino.

A los frívolos ojos del primero
pasa el desfile raudo de las cosas
que se velan y esfuman. El viajero
segundo bebe el alma de las rosas
y escucha las palabras del sendero.
("Parábola del camino")

¡Qué estado de conciencia, más tierno y más sincero! El poeta-Dios que mira la vida, en el camino. La vida como un río que copia, con luces de milagro el paisaje, apreciaba Urbina. EGM, nos presenta, dos formas de enfrentarse al mundo. Aquí, lo que se bifurca, no es el camino, sino la manera de andarlo. Aunque "ambos siguen idéntico destino", ante los ojos frívolos del primer viajero: "pasa el desfile raudo de las cosas/ que se velan y esfuman"; el segundo viajero, en cambio, "bebe el alma de las rosas/ y escucha las palabras del sendero". La segunda, la del "prudente", es la actitud frente al mundo -estado de conciencia- propia del poeta, que, "como Ulises: hizo un bello viaje". Va a pie y despacio, se detiene para sentir la hierba

reposa bajo el ala
de un gran ensueño.

La postura del primer viajero, es la común: la mecánica. Es la fácil y rápida perspectiva de la burguesía industrializada que, donde hay vida que resplandece, sólo puede mirar panorama; por ello: "su espíritu desnudo/ de toda adoración se encuentra mudo". No así el poeta, quien "guarda los encantos del paisaje/ Y los hombres lo cercan, porque vino/ a traer una nueva en su lenguaje". Si consideramos que lenguaje es mundo, que en la Palabra… Todo subsiste. Es, fue y será -a un mismo tiempo- como nos recuerda Mallarmé: Yo fui la hora que debe purificarme. El poeta, entonces, "crea fuera del mundo que existe el que debería existir" . El que es, en el poema, es. "Parábola del camino", entonces, es película y paisaje, pasos entrecruzados, frescor de hierba y aroma vibrante, en el camino probable del hombre; "Filosofía que sueña", ha dicho, Nervo.

Lirismos, Silenter, Los senderos ocultos, La muerte del cisne, Jardines de Francia, Parábolas, La palabra del viento, Babel, El diluvio de fuego y, tantos otros poemarios nos ha legado este gran poeta; pieza indispensable de la poesía mexicana. Aquí, hablaremos apenas, en breves versos. Pues, desde Madrid a Enrique González Martínez, Alfonso Reyes, le decía: "Si aquí hubiera revistas literarias, yo intentaría escribir algo sobre Ud., y estoy seguro de que me saldría en verso. La emoción no me cabe en el análisis. "

Despojémonos, entonces, de armatostes, e imaginemos la hazaña:

parábolas de senderos líricos
caminar en el silencio mismo
entre el cielo y el ensueño
uno nunca sabe, a donde va llegar
escribir en versos el universo
desdecirse y sin embargo estar

diciendo …a algún otro… algo
sin saber …de… donde viene el algo
Otro que lo teje o lo derrumba
a duermevela sin saber de la sombra
del espejo o de la bruma ¡Alto!
tú con las pesadumbres y la tarea
en el silencio de "Pagina en blanco"

¡Que tarea!, escribir de un ateneísta
que cosas nos propone ¡Alto!
Enrique González Martínez ¡Alto!
sobre que imágenes nos precipita:

"hasta lograr unir, en un consuelo
inefable, la tierra con el cielo;
hasta que el hombre, en celestial arrobo
hable a las aves y convenza al lobo"
["Viento sagrado"]

si alguna vez la humanidad
le hiciera caso a un poeta
no tendríamos tanta hambre
tanta guerra …miseria nuestra…
¡Alto! a las pretensiones ¡Alto!

Amanezco a cantar, y la suspensa
canción se ahoga como en agonía
yo no sabía que el dolor dispensa
de cantar y llorar, no lo sabía.

A todos nos aqueja un ímpetu de vuelo,
una atracción de espacio, una obsesión de cielo
(…)
"¿Cuándo desataremos nuestros pies, nuestras manos?"
["Alas"]

es hora de erguirnos, de levantarnos
todos bajo la misma luna caminamos
compartimos el silencio mismo, andamos

"El cielo será sombra y los besos hastío;
Todo habrá de pasar…
Más la palabra única
Sobre el cielo y las rosas,
Sobre el amor y el mar,
La palabra, más fuerte que las cosas,
No pasara…"
["Verbo"]


Sus días, como sombra que pasa>.
(Salmo 144-4)


"En mi alucinación va confundida
La verdad con las sombras, y yo creo
Que ha mucho que soñé lo que ahora veo
O estoy soñando con mi propia vida"
["Extraña sujeción…"]


-Alucinación, sólida certeza
-Acepción, cada uno de los sentidos
-Sueño alto, vida nuestra

((Paréntesis))
(Hacer acepción de personas
en el juicio no está bien)
proverbios veintitrés

Yo creo que, además de poetas
el talento que Dios, a México le dio
fue el humor, habilidad máxima
característica indispensable
para comprender, inexorable
el arpegio de su tragedia
(intrínseco sino humano)
-y es que, tal vez-
la virtud filosófica
el refinamiento exasperante
la sutileza metódica
la aspereza exquisita
es naturalmente incompatible
con la textura del tamal

el alma en los frijoles
-la destreza en las mordidas-
la grasa de nuestra finura

espacio de nuestro tiempo
como el Chavo
¡Diógenes!
(en el barril se sigue rolando)

sarcasmo del cosmos
no queda sino reírnos
albur alegre muerte
deja que el poeta hable:

Huye de toda forma y de todo lenguaje
Que no vayan acordes con el ritmo latente
De la vida profunda… y adora intensamente
La vida, y que la vida comprenda tu homenaje.
["Tuércele el cuello al cisne"]

el azogue del silencio
-amalgama del destino-
la locura apacible
el hombre del búho
:


Y seguiré los rumbos de mi visión arcana,
En la excursión sin término por la celeste esfera,
Hacia otros nuevos astros donde una raza espera
La dádiva piadosa de mi inquietud humana.
["La dádiva"]


las silabas de tu presencia
el misterio de la piedad
-dádiva de tu nombre-
quintaesencia de la vida
la palabra que te ilumina
¡aforismo que relumbra!

No importa que ante el símbolo de tu visión pagana
Se abata o regocije la turba que vocea;
Dales forma a tus ansias, cristaliza tu idea
Y aguarda altivamente una aurora lejana.
["Silenter"]

un beso como aurora
un ahora como soy
hacha que refleja: pájaro y flor

¿Qué culpa he redimido? ¿Qué fulgor igniscente
iluminó mis noches con flamas repentinas?
¿Qué verbo di a los hombres? ¿Qué faro a sus neblinas?
["En un correr de sombras"]

…no he escrito nada…

de mi musa, de mi silencio
-¡cosmos que retumba!-
voz que el aborto absorto esquiva
espejo del para sí… sirena exquisita:

Iremos por la vida confundidos en ella,
Sin nada que conturbe la silenciosa calma,
Y el alma de las cosas será nuestra propia alma,
y nuestro propio salmo el salmo de la estrella.
["A la que va conmigo"]


¡apartarme!
de tus labios
¡apartarme!

besos de aurora
amanecer de miel
…por tener tarea…
estudiar a poeta consagrado
médico taciturno… ¡que diga, pues!
-¡que diga!-

Mañana los poetas cantarán en divino
Verso que no logramos entonar hoy…
Y ante la eterna sombra que surge y se retira,
Recogerán del polvo la abandonada lira
Y cantarán con ella la misma canción.
["Mañana los poetas"]

-ala que va conmigo- viento la palabra viento
como si pudiera abandonarte y estar contigo
escucha al poeta -violenta sutileza- decir:
Verboduro
Madretierra
Palabramonte
Verdencanto
Padrecielo
Fuegoblando
Desdiciéndome

…Página en blanco…