martes, abril 23, 2013

El valor de lo nombrado




Al contemplar la agenda de El Día Internacional de… el libro, el agua, la estadística, la infancia, la Tierra; consideró estimulante asignar un propósito a cada uno de nuestros días, lo que partiría por contemplar la integridad de las partes; es decir, no puede ser el día internacional del árbol y olvidarnos de los libros, de la infancia, de la familia; el propósito es vivir y desarrollarnos conforme a valores como la equidad y la justicia, abstracciones que para concretarlas implican otros conceptos como paz, educación, legalidad.

En la realidad descansa nuestra palabra, al valorar lo nombrado es que conocemos, exploramos el mundo; leer, aprender a leer se vuelve entonces fundamental en la vida, más en la era del conocimiento. La realidad, se lee. Para lograr tal empresa, ha sido convocada una institución como la escuela. El problema, como nuestras autoridades educativas lo saben, es que nuestra situación es grave.  

Conozco poco al secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, lo he entrevistado en algunas ocasiones y he convivido en una reunión de fin de año, recién acababa de recibir el encargo de dirigir la dependencia educativa. De una vitalidad convencida y con una astucia insoslayable, el Secretario enfrenta las preguntas y sin resquemor, reconoce lo que le duele al sistema educativo.

Si tuviera que destacar una de sus virtudes, diría que es un hombre lúcido, pero un hombre sólo no puede luchar contra todo un sistema, un plan, una cultura que es un gobierno de facto; si no véase el caso de el Pacto por México, para impulsar las reformas, el presidente Peña optó por esta estrategia; hoy dos de las tres fuerzas políticas que integran el pacto, salen de él, luego entonces, se pausa la reforma financiera.

Con una agenda de cambios constitucionales, el Pacto por México empezó con la denominada reforma educativa, estas modificaciones a la Carta Magna, han impactado de manera irrelevante en las aulas mexicanas, pero el mensaje que se emite desde la actual administración es que las cosas ya cambiaron.

En los anuncios, la voz impersonal del sistema avisa: “Papá, Mamá; hoy la reforma educativa ya es parte de la Constitución, lo que te asegura más calidad en la educación de tus hijos”, después de la falsedad viene el axioma “con una mejor preparación, podrán enfrentar el futuro de una manera más exitosa”.

El Secretario de Educación lo sabe, si las cosas salen bien, participan de manera entusiasta todos los actores, la sociedad se compromete, las leyes reglamentarias se distinguen por su claridad, se organiza un buen equipo para trabajo conjunto interinstitucional, en más o menos 30 años la gestión educativa de la actual administración podrá verse reflejada en un salón de clases. ¡Ay!, de aquel que con ello se desanime, la educación es un proceso de largo aliento.

Si la publicidad oficial obedeciera a la verdad, diría: “Papá, Mamá; hoy la reforma educativa está en proceso, lo que te asegurará más calidad en la educación de tus nietos”; así, esto no puede considerarse como un logro, aunque sí como un avance. Éxito absoluto es en cambio, el que anuncia el comercial firmado por el Pacto por México. Es el valor de lo nombrado y el de saber leer la realidad textual.   

Además, ¿cómo se va a creer que nadie está por encima de la ley cuando se sigue viendo la prevaricación de los funcionarios