El vencido indomable
¿Qué provoca la acumulación del capital? Pobres, piensa Annie, tal cual, desposeídos, la dimensión de la dinámica mundial, hace ahora que los países ‘pobres’, preparen especialistas para que vayan a trabajar a los países ‘ricos’; de esta forma, los países en desarrollo se convierten en fabricas de profesionistas para trabajar en el extranjero.
Por ello los reguladores internacionales de alto impacto se convierten en el modo en el cual los países menos favorecidos forman personal capacitado de acuerdo a los estándares que los países desarrollados exigen. Vis à Vis, el cuadro está puesto. Por ejemplo, el 60 por ciento de los profesionistas de Jamaica terminan trabajando fuera de su país, decía Annie, tiernamente nerviosa, delicadamente precisa.
Aprendizajes contextualizados, “situados”, parece que a la escuela uno va a que lo hagan pensar, pero no, se asiste a recibir instrucciones de resignación porqué “así están las cosas”, “así es la vida”, “está en chino cambiar”, los docentes más lúcidos reconocen el marasmo intelectual y, al no encontrar soluciones, si son sinceros, dicen: “no sé qué pensar”.
“¿Por qué el sistema educativo da la espalda a la naturaleza?, ¿por qué no se enseñan matemáticas a los niños contando los árboles, las piedras, las flores, o que se cuenten ellos mismos entre sí, jugando?, ¿acaso el aire fresco, la belleza de los montes, el espacio enorme para jugar, el río para bañarse, acaso todo esto no tienen valor alguno?”, se preguntaba la investigadora polaca Irena Majchrzak.
Es el caso de la educación indígena, mayas curriculares a la medida para cada región, pues cada pueblo es una lengua y cada lengua una cosmovisión, vale, que el alumno se identifique con su cultura, la valore y conviva en la pluralidad de las naciones, perfecto.
La Dirección General de Educación Indígena, con toda la mejor intención publican revistas interculturales en línea, cuando la población indígena es quizá la población más excluida en cuanto a este tipo de servicios y otros más elementales, se refiere. Entonces llega el gobierno federal y alienta sus esfuerzos para amenazar con interrumpir el paso sagrado del pueblo Wixarika, a través de sus peregrinaciones, y poner, en cambio, una minera.
Recordemos el apunte que hace Octavio Paz, con respecto al desarrollo de las culturas originarias en nuestro país a través de Las enseñanzas de don Juan: “Las ideologías por las que matamos, y nos matan desde la Independencia, han durado poco; las creencias de don Juan –en cambio- han alimentado y enriquecido la sensibilidad y la imaginación de los indios desde hace varios miles de años”, y perduran a pesar del hambre y del frío; por eso Paz los nombraba: “el vencido indomable”.
Cómo sentirse orgulloso de lo propio si la historia de los pueblos originarios en América Latina, es la historia del despojo, del hurto, del saqueo; no es victimizarlos, es subrayar el evidente desprecio producto de una cultura que ignora deliberadamente el valor de lo Otro. Quizá sea hora de entender.
Un maestro de nivel universitario me dice, “es que los alumnos no tienen sentido histórico”, tal aberración en altas dosis puede llegar a ser desesperante, es comprensible y es la tendencia del avance de la sociedad que sacraliza lo nuevo, cada vez más novedoso, cada vez más auténtico. ¡Cool! Otra vez, cada momento más rápido; sin contemplar que el origen, la originalidad, tiene que ver con un temple arcano.
Vamos, los extremos se tocan, coinciden en la espiral, en el Oroboro, en el Ying- Yang -lo que es arriba es abajo- que se desarrolla en un tiempo cíclico, en el cual, a veces -si nos damos cuenta- nos desarrollamos.
Trabajamos riéndonos recio de nosotros mismos que somos los que aprendemos en el movimiento todo el tiempo. Trabajamos para hacer y ser de este mundo no sólo un participe del ensueño, sino un proveedor de entendimiento, de paz, de galaxia en el centro del ceño, de sonrisa de luz entre los transeúntes que caminan alegres, pescándolas al vuelo.
El ciclo de manejos que se repite, aquellos con lo que se pretende formar ciudadanos que contribuyan al desarrollo de un país, “jóvenes llamados a proponer ideas para el porvenir”, decía Alfonso Reyes.
Pero la opacidad brilla, con una auditoría, se encontró que la dependencia que administra la educación nacional, se propuso como meta sacar cuatro en la profesionalización de nuestros maestros, y aún así sacó como tres.
A los estados de la república, se les reclama que devuelvan diez mil millones de pesos que le dieron al sindicato de maestros, y que sin embargo, aclara la ASF, eran pagos “improcedentes”.
Si un alumno de secundaria, ve que el director anda de novio con la secretaria, vende calificaciones o las negocia de modo tal que conocimientos del currículo no intervengan… vamos, al estudiante le quedará claro que la corrupción es quien dirige el orden de las cosas, por lo tanto, ese alumno contemplará desarrollar las habilidades para dirigirse en su vida de esa forma, de no tener, claro, el abrigo de una familia con los recursos culturales suficientes para complementar su educación en casa.
En fin, cada vez recuerdo más las palabras del secretario Lujambio, cuando decía que era fundamental enseñarles a los niños que principios como la legalidad, no están cabalmente instaurados en nuestra sociedad, por ello, necesitamos a las nuevas generaciones como aliados del cambio. Por lo pronto, se sabe, la SEP no enseñó con el ejemplo.
En ese mismo evento donde Lujambio convocaba a los niños y jóvenes a transformar la realidad, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, humilde decía: la educación si sirve, es para dar luz a los demás, para ayudar al prójimo, sea pues nuestro llamado nativo el que provoque la armonía del mundo.
…he visto enardecer mi sombra
en la nube desvanecida
forrada de sol pesada de sueño…
1 Comments:
Me ha encantado este texto, considero notoria una magnífica combinación entre periodismo y poesía. Adoro la exquisitez de tu expresión y el enardecimiento de tu pasión. Como tu fan y seguidora número uno, al igual que como tu esposa devota deseo estar contigo en esta lucha por el rescate de la esencia que nos caracteriza como humanos.
Cosmos
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